viernes, 2 de julio de 2010

Memorias de una pulga - Tomo 4

El cuarto libro sólo conserva de los anteriores el concepto de la pulga. En mi opinión viene a ser una evolución de la idea general del libro 3, el concepto del hombre frío y cruel manteniendo un harén de hermosas vírgenes, llevado a un plan orientalizante. La historia es simple y emocionante, lo mejor es que no está situada en una época en particular, mas parece salido de una versión spaguetti de "Las mil y una noches"  (Para el que se lo pregunte, también en "Las mil y una noches" tenemos gorilas violadores).

Comenzamos conociendo a Ignacio, un atractivo y simpático joven que es todo lujuria, engaño y traición. Lo que el personaje tiene de simpático lo tiene de falta de escrúpulos. Su función en un principio, es servir de cebo para la cacería de lindas jovencitas vírgenes que necesitan para completar el cargamento de un barco.

La tripulación del barco está completamente formada por mujeres, excepto por el capitán, un anciano y bebedor viejecillo, e Ignacio, el anzuelo que provee carne para el cargamento. El barco está fletado por un tal Señor Bullpole, quien necesita doce vírgenes jovencitas inglesas para incluir en su harén en la isla de Mallorca.

Ignacio ha capturado ya diez vírgenes, pero ya no encuentra más en la ciudad, así que toma su bote y rema río arriba para encontrar las dos chicas que le faltan.

Para su buena suerte, encuentra tres primas, que aunque han tenido encuentros cercanos, conservan aún su "sello de garantía". Con buen tino narcotiza a dos y se cepilla a la otra, dejándola al final del meneo, gritando desesperadamente por el rapto de sus inocentes primas.

Así completo el cargamento, parten rumbo a España. Aquí conocemos que la tripulación la forman un grupo de marineras feas y llenas de enfermedades de los puertos, con quien Ignacio no quiere tratos a pesar de tener calenturas en la cabeza chica. El capitán le recomienda la bebida para calmar su lujuria mientras esté en abstención forzada.

Resulta que Ignacio se ha hecho asiduo mirón de la sala del cargamento, la cual está custodiada por una feroz guardiana. Una de las marineras es una lesbiana incontinente que tiene delirio por desvirgar a una de las chicas con su dedo, soborna a la guardiana y logra sustraer una chica, a la que viola, desvirga y chupa su sangrado. Ignacio la salva y llama a las guardianas. La chica le entrega sus primicias en señal de agradecimiento.

A la guardiana, por haber aceptado "mordida", la obligan a aceptar las mordidas de los tiburones, así que la atan de los tobillos y la tiran al agua, de donde sólo sacan los pies con algunos huesitos de la pierna. Nadie más se atreve a hacer nada a las chicas. Como el cargamento está incompleto, saben que se avecina una gran desgracia.

Cuando llegan a Mallorca, nos presentan un asombroso palacio de placeres, donde vive el tal Señor Bullpole. Se trata del dueño de una cadena de burdeles o puticlubs que se dedica a surtir de sexo al mediterráneo, y que sólo para su uso, tiene un serrallo con montones de chicas vírgenes de todos lados del mundo. Las que no le sirven, no quiere o le aburren, terminan en sus establecimientos.

Por el terrible crimen de atentar contra las posesiones del gigantesco señor Bullpole, al capitán lo condenan a muerte pero en reconocimiento de sus años de servicio, lo recompensan con una muerte rápida con veneno. A Ignacio, por haber tomado lo que no le pertenecía, lo condenan a una humillación mayúscula, tomando en cuenta que él no "descompletó las vírgenes" le es perdonada la vida y dada su falta de escrúpulos, lo consideran para tomarlo al servicio de Bullpole después de cumplir su castigo. La peor parte la lleva la lesbiana, quien es condenada a morir "por aquella parte del macho que tanto ha despreciado"

Bullpole se instala en una magnífica terraza a observar los patios, enmedio de dos muchachonas de todos los colores del arcoiris. Traen a un gran gorila a la que una morena de fuego calienta con sus bailes y meneos.

Trajeron a rastras a la lesbiana, ahora desnuda, la metieron en la jaula y la arrojaron al fondo de ella, después de lo cual cerraron la puerta y la aseguraron con una cadena. Al oír el ruido, el gorila se volvió y vio a la mujer desnuda que se encogía en el extremo distante de su prisión. Con una serie entrecortada de gruñidos animales, y casi a cuatro patas, se fue directamente hacia la inerme lesbiana.
Ésta no tuvo tiempo mas que para lanzar un solo grito antes de que la bestia de poderosos músculos llegara hasta ella, la arrojara al suelo de hormigón y le metiera ansiosamente el rígido pene en la entrepierna, introduciendo su velloso cuerpo entre las piernas y logrando por fin encontrar el orificio, en el que introdujo el organo con una salvaje arremetida que arrancó un largo y penetrante grito de dolor y miedo de la garganta de la desventudara lesbiana.
Furiosamente, el gorila la violó con incesantes embestidas que le desgarraron el coño hasta dejarlo en carne viva mientras el enorme animal desahogaba su deseo en su cuerpo relativamente frágil , gruñendo con cada oscilante espasmo.
-Por favor...- murmuró Bullpole señalando a la rolliza rubia que se encontraba al otro lado - Ahora, por favor.
Inclinándose, la rubia le sacó el pene de la túnica que llevaba puesta Bullpole, y ví que su miembro era en verdad digno de un toro. Era como una cachiporra gruesa y de monstruosa cabeza en forma de ciruela. Era un pene tan grande y tan largo que casi parecía demasiado grande para Bullpole, aunque fuera éste un hombre tan grande.
Entonces advertí la boca extraordinariamente ancha de la rubia. Una boca de labios particularmente anchos que ahora se acercaron, se abrieron y se tragaron la punta del gigantesco organo de Bullpole, y la muchacha se inclinó y lo chupó ruidosamente.
Las mandíbulas se le movían laboriosamente cuando rodearon la gruesa columna de músculo rígido, sobre la cual subió y bajó la boca en breves movimientos que daban placer a Bullpole, a juzgar por la expresión de suprema felicidad que transformó sus facciones severas. Se le entrecerraron los ojos al mirar a la lesbiana que estaba siendo cruelmente atacada por la insaciable bestia en la jaula. Y al mismo tiempo que observaba la violación, la rubia trabajaba con la boca sobre el distendido órgano hasta que, con una serie de gemidos apenas audibles, su jugo inundó la garganta de la muchacha, y visiblemente se le aflojaron los músculos, después de lo cual acarició la cabeza de la chica mientras ésta apartaba los labios del hinchado miembro, tragándose aún los últimos vestigios de la abundante descarga.
-Fué muy bonito, querida- murmuró él - muy agradable.
Ahora, el gorila estaba golpeando a la lesbiana, cuya cabeza colgaba flojamente, pues se le había roto el cuello durante la violencia del ataque.

A Ignacio, lo amarran desnudo a un poste y lo hacen objeto de lujuria una serie de "depravados que Bullpole conservaba en un calabozo", quienes le dan sexo oral hasta dejarle casi inservible "el aquello" de tantas chupadas y mordidas. Queda inconsciente.

Después en la cena, nos presentan a un individuo de nombre impronunciable conocido como el griego, Bullpole se queja de tener un miembro muy grande, y de cómo batalla para encontrar con quién sedar su conscupiscencia. Bullpole nos explica la relación que existe entre el tamaño de la boca y el tamaño del coño, nos dice que todas aquellas chicas que no se puede envainar, las que le aburren o las que no quiere, las manda a sus burdeles, por eso su necesidad de conseguir cargamentos contínuamente.

Cuando le presentan al cargamento, prueba a meterles la cachiporra en la boca a cada una, y sólo se queda con las que pueden con tal proeza.

El griego y Bullpole se tienen envidia mutuamente por su fortuna y por sus negocios, desde aquí se deja ver que el griego tiene sus establecimientos cerca de Atenas, pero que ansía todo el poder. Y viceversa.
Después del desfile de mamadas, una chica proto-feminista lo mama de tal manera que para despegarla Bullpole no tiene más remedio que darle un fuerte cachetadón que la lanza varios metros por el aire. La mandan al calabozo con la promesa de que le espera un castigo lento excepcional, sádico y sexual. Desafortunadamente para nosotros los lectores enfermos de la cabeza, ella muere.

Luego apuestan todos sus bienes a que cada uno puede desvirgar más chicas sin parar, aceptan y se van a "descansar". El griego manda hacer una poción con su viejo mago (Como un viagra marca ¡AY WEY!), el mismo viejo le provee a Bullpole una vaina igual a su pene que le permitirá igualar al griego en potencia y resistencia. Aquí nos recetan varios aburridos capítulos de competencia sexual: Pas, pas pas; la que sigue. Pas, pas, pas; la que sigue...etc.

En el castillo, los criados griegos se divierten con sus homosexualidades y heterosexualidades. Ignacio se encuentra a la amante virgen del viejo brujo y se la parcha. La competencia termina con un empate a 32.
El griego, le ofrece a Ignacio si quiere vengarse de quien lo humilló, y lo contrata con la encomienda de vigilar si su amante le es fiel. Ignacio va a investigar a la habitación de María, la susodicha amante, quien le trae cena y postre (un par de bombones) para que la diviertan. Ignacio le hace el favor (sólo para entretenerla) Hay acción y besos negros. Al final, María se coge a Ignacio hasta casi matarlo.

Y es que no es para menos, si consideramos que María puede aventar besos con el coño, con sonido, pantomima y todo, remontándonos al mito de la "vagina dentata"

Después de la competencia, el griego invita a Bullpole a su castillo junto al mar, donde dice tener una sirena. Nos dice que si un hombre puede poseer hasta el cansancio a una sirena, ella le brindará todos sus tesoros. Bullpole cree en la patraña y se embarcan hacia Atenas.

El plan era llevar a Bullpole a una cueva, encerrarlo con una loca armada de un cuchillo y dejarlo encerrado para que muera. En el barco hay una borrachera que degenera en orgía y que termina en un barco muy resbaloso de tanto esperma. Nos damos cuenta que la intención del griego es matar a Ignacio.

En tierra, le dan todos los placeres que pueda desear, allí hace amistad con Sócrates, a quien le deja usar su esclava (es decir, la encuentran dormida, la toman de las muñecas y la violan entre gritos de coraje) Ambos envidian la vida de lujos.

Así, traicionan a Bullpole y al Griego, dejándolos en la cueva con la loca. Tras matar a los guardias, falsifican los testamentos y se quedan con ambos castillos, se los reparten y son más amigos que nunca. Todos los inconformes son mandados a descuartizar.

Ya casi para terminar, ahítos de orgías y placeres, deciden tomar una aldea por asalto y armar una especie de fiesta vikinga, donde beben, matan y violan todo lo que encuentran sin importar raza, religión, sexo, estado civil, edad, género o especie. Matan a una pareja de viejos después de violarlos, matan a la ex-novia de Sócrates y violan a su hija. Encuentran a tres hermanas, una de ellas idiota y hacen unos tríos bastante distintos.

Se separan como buenos amigos. La pulga se va con un capitán a lejanas islas, a una excursión de cacería por nuevas rutas.


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Memorias de una pulga - Tomo 4

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