martes, 11 de enero de 2011

Metamorfosis, "Trasfumaciones", Metempsícosis y otras jaladas

Martin Van Maele 
La Grande Danse macabre des vifs (1905)
En el mundo de la literatura de entrepierna, es usual el recurso de la metamorfosis. Se trata de un tema recurrente en la literatura en general, pero en la literatura erótica es un recurso para llamar la atención y brincar las barreras de la normalidad.

Metamorfosis literarias existen muchas. hay simios que aprenden a hablar, hay perros que se convierten en burócratas rusos y tenemos al buen Gregorio Samsa que se convirtió en coleóptero, cucaracha, mosca o algún bicho con exoesqueleto qué fracturar. (Yzur de Leopoldo Lugones, Corazón de perro de Mijail Bulgakov y La metamorfosis de Franz Kafka, respectivamente)

En la parte erótica, ya Isis se convertía en ave rapaz para posarse sobre el pene cercenado de Osiris muerto y así quedar embarazada. Zeus se convertía en cisne para seducir a Leda, en toro para yogar con Europa, en águila para raptar a Ganimedes, y en un montón de cosas más para hacer un montón de cochinadas con un montón de gente.

Dafne se convierte en árbol para evadir la violación de Apolo, y Acteón es convertido en gacela por andar viéndole las nalguitas a Artemisa.

Ovidio escribió un libro sobre "Las metamorfosis" (no todo en un sentido erótico, pero una buena parte se relaciona). Apuleyo en "el asno de oro" nos platicaba sobre el infortunado que es convertido en asno y tomado como amante por la cachonda mujer que lo alquila.

Entonces ella, desnuda de todas sus vestiduras, quitóse asimismo una faja con que se ligaba, y llegada cerca de la lumbre sacó un botecillo de estaño y untóse toda con bálsamo que allí traía, y a mí también me untó y fregó muy largamente, pero con mucha mayor diligencia me untó la boca y narices. Esto hecho, besome muy apretadamente, no de la manera que suelen besar las mujeres que están en el burdel u otras rameras demandonas, o las que suelen recibir a los negociantes que vienen, sino pura y sinceramente, sin engaño, y comenzome a hablar muy blandamente diciendo:
-Yo te amo y te deseo, y a ti solo, y sin ti ya no puedo vivir, y semejantes cosas con que las mujeres atraen a otros y les declaran sus aficiones y amor que les tienen. Así que tomome por el cabestro, y como ya sabía la costumbre de aquel negocio, fácilmente me hizo bajar, mayormente que yo bien veía que en aquello ninguna cosa nueva ni difícil hacía, cuanto más al cabo de tanto tiempo que hubiese dicha de abrazar una mujer tan hermosa y que tanto me deseaba; además de esto, yo estaba harto de muy buen vino, y con aquel ungüento tan oloroso que me había untado, desperté mucho más el deseo y aparejo de la lujuria. Verdad es que me fatigaba entre mí, no con poco temor pensando en qué manera un asno como yo, con tantas y tan grandes piernas, podría subir encima de una dueña delicada, o cómo podría abrazar con mis duras uñas unos miembros tan blancos y tiernos, hechos de miel y leche, y también aquellos labios delgados colorados como rocío de púrpura había de tocar con una boca tan ancha y grande, y besarla con mis dientes disformes y grandes como de piedra. Finalmente, que aunque yo conocía que aquella dueña estaba encendida desde las uñas hasta los cabellos, pensaba en qué manera había de recibirme. Guay de mí, que rompiendo una mujer hijadalgo como aquélla, yo había de ser echado a las bestias bravas que me comiesen y despedazasen, y haría fiesta a mi señor. Ella, entre tanto, tornaba a decir aquellas palabras blandas, besándome muchas veces y diciendo aquellos halagos dulces con los ojos amodorridos, diciendo en suma: «Téngote, mi palomino, mi pajarito», y diciendo esto mostró que mi miedo y mi pensamiento era muy necio, porque me abrazó fuertemente; y cuantas veces yo, recelando de no hacer daño, me retraía, tantas veces ella, con aquel rabioso ímpetu me apretaba y se allegaba a mí, tanto, que por Dios, yo creía que me faltaba algo para suplir su deseo, por lo cual yo pensaba que no de balde la madre del Minotauro se deleitaba con el toro su enamorado. Ya que la noche trabajosa y muy veladera era pasada, ella escondiose de la luz del día, partiose de mañana, dejando acordado otro tanto precio para la noche venidera.


En "Drácula", tenemos al ente demoniaco transformándose en sueños y pesadillas para tener acceso a jovencitas inocentes a las que mirar sus victorianos pechos "casi desnudos", y en "Las mil y una noches" tenemos toda clase de encantamientos como castigo por o para propiciar el ayuntamiento sexual.

Ya hemos hablado de los hombres que se convierten en sofás o canapés, de la picardía de Crébillon o Fougeret de Montbron. Y tenemos el acople de Pigmalión, que trata de una estatua hecha mujer por el deseo que causaba a su creador.

Dentro de éstas creencias de la transmutación de las almas (en animales o en objetos inanimados), he elegido algunas lecturas particulares, donde encontramos a organos sexuales como protagonistas de una historia. Si bien no se trata de historias eróticas, juegan con la obscenidad y la escatología para darnos su mensaje; sea éste la interiorización del ser en la sociedad actual, la ironía y sarcasmo social y político o la simple broma o chascarrillo para divertir al lector.

Disfruten, son lecturas bastante extrañas.

5 comentarios:

  1. En espanias, allá en otros tiempos, un maestroescuela nos mandaba libros para comentario de texto,.. ni comentario ni ostias, todos fusilados de comentarios de otros de 10 años antes, y a jugar al fútbol. La cuestión es que con ese, luego de hacernos leer a varios nos preguntaba, de ciertos pasajes, pongamos que:
    -pero el burro, cuando se la metía ¿tenía miedo?.
    Como no sabíamos responder, pues no nos lo habíamos leído, no pilló en fallo a todos sin ninguna dificultad. Pero la cuestión es que luego, todos lo leímos con pasión. Y, ya hace tanto que ya otra vez caería en falta, y tanto que usted diría:
    - quien no lo conozca que lo compre. Que es una joya.

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  2. Mi hermano estaba peor, ese llegaba preguntándome si conocía "un tal Poe" que había escrito sobre un "monti-algo", porque se había quedado dormido mientras el maestro leia y necesitaba el resumen.
    Yo le decía que se llamaba "el barril de amontillado" y que le prestaba el libro si quería....él me pedía el resumen en tres renglones y así entregaba la tarea.
    Un hermano así es una joya... que lo compre el que no lo conozca.

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  3. ¡¡¡Un banquete su blog, que ya siento que lo estimo Sr. Lepis!!!

    Lo he recomendado en mi Twitter y en mi facebook y ya lo sigo en su pagona y en mi reader,adicta e irremediablemente jajajaja!!

    Escucho y aprendo.

    Abrazos desde este lado del espejo

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  4. De tú, de tú, que aquí en en infernet nadie tenemos edad ...el Sr. Lepis vendría siendo mi papá, pero en infernet nadie tenemos papá.

    Pues, gracias, hacía muchos años que no tenía a nadie con quién platicar de literatura, no se diga de literatura cochina, así que para mí también es un gusto.

    Como he dicho, a ver cuánto dura el blog, porque a ésta velocidad de posteo termino en éste mismo año, pero como dijo el ciego; ya veremos.

    Saludos

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  5. jajajajaaj!! Eso pense ya que te confieso que copie muchas de tus entradas para leerlas en mi dispositivo electrónico y nomás no termine jajajaja!!

    Pero se que tendras de que hablar... si literatura hay mucha, igual y la complementas con datos de films relacionados, referencias cruzadas, datos curiosos , etc jajajaja!!

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