sábado, 5 de noviembre de 2011

La historia del rey Gonzalo y de las doce princesas de Pierre Louys

Los libros de Pierre Louÿs tienen la particularidad de venir en dos sabores distintos: Por un lado tenemos su obra "seria" con una elegancia y una sensualidad al extremo, con una increíble belleza. Por otro lado tenemos su obra pornográfica: pequeñas piezas que recreaban sus obras serias, pero de una manera grosera y desvergonzada.

Cuando hablo de grosería, hablo de una elegante grosería, hasta que lees a Louÿs nunca se te ha ocurrido que hay un modo elegantísimo de decir cochinadas.

Louÿs escribía estas....cosas para sí mismo, en privado. Estas obras poseen una fijación casi enferma por el sexo anal con jovencitas, por las niñas diciendo groserías y por el sexo pedófilo. Las muchachas suelen actuar como prostitutas, dicen lo que una prostituta de bajo presupuesto diría, pero  con una elegancia que sólo se logra con años y años de educación.

Este libro en particular "dicen los que dicen que saben" que está basado en otro libro de Louÿs llamado "La historia del rey Pausole", aunque como no lo he leído, no tengo elementos para afirmarlo o negarlo.

El rey Gonzalo tiene doce hijas de 8 a 18 años: Prima de 18, Secunda de 17, Tertia de 16, Quarta y Quinta de 15, Sexta de 14, Séptima de 13, Octava de 12, Nona de 11, Décima de 10, Puella de 9 y Párvula de 7 y medio...digo, tampoco era cuestión de partirse la cabeza.

Al darse cuenta que todas sus hijas tienen picores en sus partecitas (no muy) pudendas, decide internar a la reina en un convento para poder iniciar a sus hijas en un insano despertar sexual.....o para participar de el insano despertar sexual de sus hijas...o para despertar insano participando sexualmente con sus hijas....o lo que sea.  Sus hijas son muy vírgenes de sus coños, pero muy lesbianas y se insertan toda clase de cosas en sus anos.

Aunque el rey muestra una clara preferencia por las hijas menores, es de agradecer que la diosa sexual del relato sea Prima, la mayor. Prima es viciosa y seductora.


—….¿Qué es lo que mejor conoces?
Prima le rodeó el cuello con los brazos y le susurró al oído:
—Esta noche, lo que mejor conozco es el modo de excitarte.
—¿Es eso una ciencia?
—Conseguir que se ponga tiesa una picha sin tocarla es todo un arte. Es un arte de cuya experiencia carezco, pero cuyos secretos conozco a la perfección. Es, en suma, el Arte del Amor.
—Demuéstramelo.
—Tengo toda la noche.
—¿Cuántos secretos hay en el amor?
—Conozco un millar de ellos, e inventaré muchos más. Claro que los secretos de amor no se dicen en ningún otro lugar que no sea la cama...
El rey empezaba a comprender que la mayor de sus doce hijas era demasiado lista para él. Prima se percató de sus pensamientos y, sabiendo que una enamorada no debe intimidar a aquel a quien desea seducir, se acostó sobre la colcha, atrajo al rey y, en un abrir y cerrar de ojos, se desvistió sin apenas dejar entrever sus encantos, pues se tendió sobre él, cuerpo contra cuerpo, mostrando tan sólo sus pechos pero hacién dole sentir todo lo demás.
—Prima, eres demasiado hermosa —afirmó el rey—.No podré permanecer durante mucho tiempo en el estado al que me has llevado.
—No temas nada. El primer secreto del amor es conseguir estar excitado. El segundo es conseguir dejar de estarlo.
—Eso me parece más prudente.
—No, no, me siento segura de mí. Me amas ya lo suficiente como para dejar de mi cuenta la dosificación de tu placer. Acabas de decirme que soy demasia do hermosa, aunque apenas si has visto mi rostro. Pues bien, será eso lo primero que vas a desvirgar: mi rostro.


Las pequeñas son unas graciosas desvergonzadas con gusto por lamer las axilas, los anos, los menstruos y los orines.


Dominada todavía por el dolor, Séptima quiso sonreír para decir, en tono aún más quedo: 
—¿Tan puta como tú? 
—No.Todavía os queda mucho... 
—Pero ¿cuando una virgen tiene un mango como éste en el trasero...? 
—Eso demuestra que es virgen. 
—¿Y cuando el mango es el de su padre? 
—Eso es una prueba de amor filial. 
—¿Y cuando el mango de su padre acaba de salir del culo de su bollera... 
—Entonces la pobre bollera es, además, cornuda. —¡Qué descaro!¡Resulta que la cornuda soy yo!


El rey se reduce a dejarse conducir, como si fuera el silencioso camarógrafo de una película. El libro no contiene sexo vaginal, situación que viene a ser una burla: las chicas deben proteger su virginidad para conseguir un buen marido.

Al final hay un par de relatos interesantes; particularmente me llama la atención uno que se llama "La muestra", sobre una fantasía anal con una prostituta que no cobra sus servicios.


Hizo que me tumbara cuan largo era y se agachó sobre mi miembro con mil precauciones, hasta que el glande quedó situado exactamente bajo el ano.
—No estoy mojada, ¿lo ves? —dijo—. Pero no te preocupes, no te haré daño. Y, dejándose caer con suma habilidad, se tragó la punta del miembro y apretó violentamente el esfínter un poco más arriba.
En cuanto sentí la opresión de aquel músculo caliente, no pude contenerme y mi semen fluyó a borbotones en el intestino, mientras ella continuaba excitándome el miembro con enloquecedoras contracciones.
Su culo me chupaba como una boca. Jamás había gozado de un modo tan doloroso.
—¡No te aflojes! —exclamó cuando hube expulsado el último chorro—.Apenas hemos empezado.
Y, haciendo descender su grupa, se empaló sentada encima de mí. Toda mi verga estaba sumergida en su interior. Entonces, puso en movimiento la totalidad de su musculoso y rosado trasero, que yo veía subir y bajar con una indescriptible excitación. Apoyaba los puños en la cama y su cuerpo ascendía y descendía cada vez más rápido, sin soltar en ningún momento mi miembro, que era engullido y vomitado precipitadamente.


Este es un típico libro pornográfico de Louÿs, es de agradecer que el relato sea tan corto y que no muestre pedofilia heterosexual a detalle. Se puede entender de manera muy simple: no era un libro para publicarse; se trata de una fantasía onanista del autor.



Perversógrafo: Lesbianismo, masturbación, coprolalia, sexo anal, oral, en las axilas, juguetes sexuales, urofagia, escatología, pedofilia, exhibicionismo, voyeurismo, tríos, incesto, juguetes sexuales.





La historia del rey Gonzalo y de las doce princesas 
Pierre Louys
Editorial La Máscara
Malditos heterodoxos
Valencia, 2000
ISBN: 84-7974-433-2

No hay comentarios:

Publicar un comentario