jueves, 16 de febrero de 2012

Anticonceptivos, el condón femenino de Creta

No exactamente aticonceptivo, el condón ha sido categorizado en la literatura de entrepierna como un medio de protegerse de un mal, regularmente una enfermedad de transmisión sexual o de las picaduras de escorpiones.

En la tradición cretense tenemos al rey Minos, un nombre real o un título de respeto, no lo sabemos. Los reyes antaño no debían preocuparse por evitar los embarazos, ya que éste era el método menos sanguinario de asegurarse que su descendencia siguiera reinando.

Lo que sabemos es que era un rey poderoso, arrogante y "cogelón", características que le daban gran admiración entre su pueblo y gran odio entre sus enemigos (que eran casi todas las personas, dioses, monstruos y pueblos que lo conocían)

El rey Minos debió saber que el sexo era algo temible; desgraciadamente parece que nunca estuvo en una secundaria pública donde le pasaran esos vídeos que te dicen que en cuanto metas tu apéndice en un agujero corporal te saldrán toda clase de sarpullidos y supuraciones.

Minos un buen día promete a los dioses hacerles un gran sacrificio; para ello, Poseidón le había enviado un gran toro blanco que salió del mar. Asombrado por la perfección del toro, decide retenerlo como semental y hace en cambio un sacrificio de alguna res "mas jodidona" como tributo a los dioses. Poseidón, furioso, hace que Pasífae, esposa de Minos se enamore del animal (del toro, no de Minos) y ella, enamorada de una manera erótica, como en los viejos tiempos se estilaba, pide a Dédalo (una especie de "DaVinci antediluviano") que le ayude a cumplir una pequeña fantasía zoofílica.

Si Pasífae hubiera sabido la historia del rapto de Europa, hubiera adivinado que tontear con un toro blanco es peligroso; el caso es que Dédalo la disfraza de vaca y bueno.........sacia sus urentes concupiscencias fornicarias con el toro, y un tiempo después da a luz a un precioso........minotauro, mitad humano y con cabeza de toro.

Parece ser que Pasífae y Minos tenían un matrimonio bastante abierto, porque un tiempo después, harta de las escapadas sexuales de su marido con ninfas y mujeres, Pasífae lo hechiza, para que cualquier fémina que tenga contacto sexual con él muera al instante.

Minos no eyaculaba semen, sino serpientes, escorpiones y ciempiés, talento que además de cortar el erotismo del momento, te mata. Minos, quien "no fallaba una" fue entonces temido por las damas, amén de que quedó imposibilitado de tener descendencia, una gran desgracia para cualquier rey cogelón.

Un día Procris le ofreció ayudarle (no se sabe si a cambio de oro o de sexo), para lo cual, se puso la vejiga de una cabra a modo de condón femenino y así logró que las alimañas no la mataran, permitiéndole al rey que "al echarse el segundo" tuviera oportunidad de engendrar multitud de hijos legítimos e ilegítimos.

Lo malo de tener un minotauro en la familia, seas rey de Creta o no, es que tus conocidos piensan que los cuernos vienen por el lado paterno, y luego hay que esconderlos en un laberinto y alimentarlos con vírgenes y esas cosas. Si Pasífae hubiera tenido la sabiduría de Procris, la mitología hubiera sido menos entretenida, pero al menos ella hubiera podido disfrutar con su amante vacuno una relación duradera y llena de sexo zoofílico.



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