domingo, 25 de marzo de 2012

Infidelidades.con antología

Las antologías de cuentos pueden ser muy entretenidas para leer durante un viaje largo, la desventaja siempre es que la calidad de lo que uno se encuentra en una antología, necesariamente es variada.

Aquí tenemos un libro de una pequeña editorial independiente; cuando leí los primeros relatos quedé ganchado; pero ya cuando continué con la lectura me decepcioné un poco. Parece ser que elegí los mejores cuentos para comenzar ...... pero para gustos.......

Para comenzar, los cuentos están seleccionados por una mujer (Marivi Cerisola) ni duda cabe porque tienen una sensibilidad especial que los distingue; en general los podemos dividir en dos tipos de cuentos: los que culpan al hombre de la infelicidad o infidelidad de las pobres mujeres, o las que culpan a la religión de las sicalípticas costumbres de los hombres (malditas telenovelas mexicanas). Por supuesto con alguna excepción.

Mis suegros son “gente bien”, católicos, de buenas costumbres y tradiciones ancestrales como la de “un esposo le puede ser infiel a su mujer de vez en cuando, mientras no les falte nada a ella y a sus hijos, y claro, sea discreto”, como mi suegro. 

Pero no puedo decir que eso les quite lustre a las historias, por el contrario, les da una continuidad y los integra en una cultura, la del macho mexicano "Atacando o huyendo", la de la familia católica tradicional de clase media alta y la mujer abnegada y sufrida que siente culpas (malditas telenovelas mexicanas).

Dieciséis escritores, treinta cuentos (bueno, algunos relato-descripciones-interiorizaciones) todos acerca de los amores prohibidos o ajenos.

Entre mis relatos favoritos están los de Amelie Olaiz ("Lupe" y "El hueso de pollo"), de mujeres que engañan a maridos machotes ignorantes rústicos, mujeres con una filosofía de la vida simple y unas excelentes excusas para ser infieles a sus infieles maridos.


- No me lo tomes a mal, Cristi, pero en pocas palabras yo estoy seguro de que tú tienes un problema de frigidez. 
- ¿Ya terminaste, cabrón? -preguntó Cristina.
- Sí -masculló el Memo, con cara de mártir.
- Pues ahora me vas a escuchar. Durante casi veinte años de mi vida, me dijeron: “El sexo es malo, es importante conservar la pureza, las niñas decentes no hacen nada de eso hasta que se casan”. De un día para otro me visto de blanco y resulta que ahora no sólo es bueno, sino que tengo que hacerlo casi a diario y al estilo de la puta más codiciada de la región. ¿Querías casarte con una virgen?, pues así somos las virgencitas, y para convertirnos en Herminias hace falta mucho más que un pinche hueso de pollo.
Cristina dio media vuelta, y guardó en su bolsa el Cristina dio media vuelta, y asunto, sus cigarros y las ganas, que la llevaron directo a las caballerizas para ver a Pepe.


Están las confesiones de las infieles:

- Me acuso, padre, de tener malos pensamientos.
- Explícate, hija.
- Bueno, es que... tuve un sueño: soñé que le era infiel a mi marido.
- Un sueño no es un mal pensamiento.
- Es que... después, ya despierta, seguí pensando en lo que había soñado...
- Si consentiste el mal pensamiento es como si hubieras cometido el pecado. Dios te perdona el pecado siempre y cuando...
-¿Entonces -interrumpió- pensar en eso tiene la misma penitencia que hacerlo?¡Gracias, padre! -Se levantó del reclinatorio
apresuradamente sin esperar la absolución.
Por el camino iba examinando los asuntos pendientes: ir de compras al Body Shop por un champú y crema para el cuerpo con aroma a fresa, hablarle a Felipe para adelantar el baño de la Cookie, darle el día libre al servicio, encargar los niños a su hermana, y lo más importante: hacerse meritoria de la penitencia.
("Penitencia" de Mercedes van Santen)



Y las divertidas confesiones de un infiel profesional:

...En mi última aventura por poquito me cachan, verdad de Dios, pero viera que lo disfruté, me la jugué en serio. No sabe, pero es que, ¡ay, Dios mío!, valía reteharto la condenada, era hermosa como pocas, bonita entre las bonitas y ponedora como las mejores del gallinero. ¿Se acuerda de aquella cancioncita, padre, aquella que cantaba Pedro Infante?, creo que se llamaba Mírame morenita y decía: “No muerdas tan duro, no seas goloso y chupa que chupa que es más sabroso y dale un abrazo a tu morenita...”, pues algo más o menos así me decía la condenada. Luego dale y duro con eso de las serenatas y pues ahí está, que me pica la cresta, y yo ni tardo ni perezoso me consigo unos cuates que le hacían a la cantada y que le llevo serenata. Ay, padre, ahí sí estuvo de veras dura la cosa, porque yo clarito me acordaba de cómo Jorge Negrete enamoraba a Gloria Marín llevándole un chorro de serenatas.
Veo a un trío rasgueando las guitarras mientras la damita en cuestión se come las uñas detrás de unas cortinas traviesas, envuelta en un camisón transparente, esperando el momento más adecuado para abrir sus ventanas y lanzarle besos al enamorado. Imagínese, padre, la emoción de estar igualito a Jorge gritándole a mi amada cuánto la quiero. Ahí estuvo el problema, que yo gritaba de emoción y, no hombre, la que se armó... pues fíjese, padre, que la canija era casada, nomás que el marido trabajaba de noche de valet parkin en un bar ....
 No me acuerdo de qué me gritó el cornudo aquel, sólo sigue retumbando en mis oídos el tronido de los balazos detrás de nosotros. 
....
Creo padre que por ahí está la razón de ser de mi infidelidad. Búsquele y rásquele por ahí, que seguramente encontrará algo que me identifique. Sin embargo, yo quiero mucho a mi mujer, ella es la madre de mis hijas y la catedral; las demás son capillitas, con perdón de usted, padre. No quisiera agobiarlo con mis cosas, pero yo quiero insistir en que por ahí está la razón de todo. Cómo no iba a volverme infiel si tenía toda una escuela de primera mano con aquellas películas, donde todas representaban a un hombre muy macho o mujeres enamoradas de él. 
("Soy infiel, luego existo" de Germán Solana y Rodríguez)



El que tiene relaciones con un homosexual y descubre que, paradójicamente, quien se contagia de VIH es su esposa ("Victoria’s Secret" de Enrique Santiago Barruel). El infiel del pueblo, que tenía multitud de casa y multitud de hijos que un día se enamora de una prostituta y le es fiel........hasta que ambos descubren que su amor acabó y vuelven cada uno a su vida hipersexual, para regocijo de todo un pueblo ("Sin alevosía" de Mariví Cerisola). La que se enamora de la música (Para Elisa de Patricia Compeán)

Las que sufren, las que sueñan, las traumadas por su pasado o por sus padres, las que nunca pudieron ser infieles, todas aquí. El libro es ........ bueno.... rescatable.

Ahora, por una extraña razón, a la editorial no le pude extraer la manera de comprar la versión en línea o la lista de las librerías que tienen existencia (Gandhi o El Sótano, por ejemplo)........pero bueno, ese es un detalle técnico que espero pronto reparen.



Perversógrafo: Sexo vaginal, oral, infidelidades, exhibicionismo.




Infidelidades.Con
Antología de Marivi Cerisola
Editorial: Terracota
2008, México
ISBN: 9786077616009
143 pags.


2 comentarios:

  1. Me gustó encontrar por este cibernético perverso, una crítica de nuestro libro: "Infidelidades..." Te agradezco tu lectura y este espacio con tus letras. Siempre es gratificante el hallazgo de alguien que se toma un tiempo para hablar de nuestro trabajo. Saludos en miércoles.
    Mariví Cerisola

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  2. Hola, felicidades por el libro. Es arriesgado capturar el habla de una región, pero me parece bien llevado a cabo en esta obra.

    Saludos

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