domingo, 6 de mayo de 2012

Diosa de Juan Abreu

Juan Abreu es un escritor excelente, de eso no hay duda. Pero lo que distingue a este libro es que el autor dice no ser el autor del relato original, sino que la protagonista, Laura Valero, se lo hizo llegar en forma de un manuscrito y que él sólo le dio forma.

El autor (o no) tiene un punto que le da credibilidad a su afirmación: La mayor parte de las historias serias sobre dominación y sumisión son escritas por personas que han vivido lo que escriben o que inventan una historia que les gustaría vivir porque gozan de dichas prácticas: "Historia de O" fue escrita por una sumisa para agradar a su amante; En "El ama", Maîtresse Francoise expone una vivencias no demasiado increíbles;  Vanessa Duriés nos regala sus vivencias en "La atadura", etc.

Además, el autor alude a una práctica japonesa, el shibari, que consiste en el arte de atar a un enemigo de manera artística para impedirle que huya. El autor describe con bastante exactitud las prácticas, pero con suficiente ignorancia para no pretender explicarlo. Como si efectivamente alguien le hubiera contado una  experiencia real sin explicarle el significado de lo que escribía.

Pero nuevamente, Abreu es un escritor magnífico y le creo capaz de hacer creer eso al lector.

Laura Valero es una mujer casada y fiel a su esposo (aunque le avergüence ser "normal") que un día decide iniciarse en una relación de sumisión con su marido. Su curiosidad efectivamente inicia cuando observa en internet imágenes de mujeres japonesas atadas artísticamente, que ella equivocadamente toma por sesiones de bondage.

Sus primeras sesiones, bastante inocentes, son someterse a su marido, vestida de sirvienta y recibiendo un par de nalgadas.......nada extraordinario. Pero su esposo (al que comienza a llamar "Amo") le recomienda que ponga un anuncio clasificado buscando un maestro que la inicie en la sumisión. Así encuentran al maestro Yuko, un amable japonés radicado en Barcelona que acepta iniciarla, con miras a utilizar su cuerpo un día en una sesión de Shibari, si ella accede.

En el curso de su entrenamiento, él la convencerá de comer bichos, permitirá ser atada, golpeada, maltratada y robará para complacer al maestro y mantener el interés de Amo. Ella le contará a Yuko sus fantasías de tríos, de ser humillada, de ser un Australopiteco primitivo, de posesiones tipo animal.

Yuko a cambio la ve como una obra de arte, y le comparte su gusto por la literatura y el arte japonés en general, desde la comida hasta la acuarela y el ukiyo-e. El trata de decirle que quiere convertirla en una diosa que se entrega sumisamente (un concepto del shibari).

Considero la experiencia como Sumisa parte fundamental de mi desarrollo vital. La atesoro en mi alma. A ella debo los momentos de éxtasis sexual y humano (¿debo agregar estéticos, religiosos?) más profundos y enriquecedores de mi vida. Ha servido para unirme más a Rodrigo, para amarlo más, para fortalecer nuestro amor.

Un día, Laura accede a ser convertida en diosa (algo que aparentemente sucede en las sesiones de shibari) y la llevan vendada al piso donde vive el maestro. Allí sucederá el momento más extraño del libro: una sesión pública donde la atan en silencio ante un público selecto y conocedor; la abofetearán para que esté sumisa; la azotarán para ablandarla y la bañarán....porque su cuerpo será el lienzo de la creación viva de Yuko.

Ella será atada desnuda: tobillos, lengua, ano, piernas, cabello...la colgarán de una viga para admirarla....ella tendrá un orgasmo allí. Después pintan una obra de arte con cera caliente sobre su cuerpo. Le ponen una vela en el ano y la usan para prender los puros. La sesión termina en una orgía en la que ella no participa.....ella está en otro plano ante los presentes....ella ahora será reconocida como la mujer que fue diosa por una noche.

Yo no gusto de la lectura de sumisas; pero en este caso debo reconocer que todo es de muy buen gusto. Es difícil sentirse ofendido con esta lectura tan amable y corta. Laura goza, disfruta, se extasía y sublima describiendo cómo la maltratan. Lo que siente es una especie de exaltación mística.

Algunos pasajes de esta historia parecerán brutales. Lo son. Los rituales del sexo suelen serlo. El sexo es un territorio regido por la violencia y el abandono de las reglas. Pero en esa violencia suele habitar una indescifrable ternura. Muchos pensarán en términos de perversidad y depravación; yo respondo que donde hay amor, aprendizaje, superación y autenticidad no hay suciedad ni pecado.
No tengo nada de qué avergonzarme.
A los que vean en lo que describo un mero ejercicio de exhibicionismo, les recomiendo aproximarse a este relato como a una curiosa pieza antropológica.

A mi me gustó el libro, a pesar de que est tema es "de especialidad" y de que yo personalmente no guste de leer de una mujer teniendo un "Amo", el relato es bueno y el autor es muy respetuoso. El personaje mejor logrado es el maestro Yuko, quien es un maestro gentil con una gran apreciación por la belleza.




Perversógrafo: Masturbación, sexo oral, anal, vaginal, sumisión, spanking, bondage, dominación, humillación, fetichismo.

Diosa
Juan Abreu
Tusquets Editores
La Sonrisa Vertical SV 128
España, Febrero 2006
ISBN: 978-84-8310-457-6
168 pág.




3 comentarios:

  1. Me parece que va a ser mi próxima lectura de mesilla ... De nuevo, mi enhorabuena Lepis. Saludos, María

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  2. Gracias..........es una lectura harto interesante.........y de muy buen gusto para los no iniciados en este mundillo de la reverencia y el fustazo.

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  3. Coincido contigo en la calidad literaria de este texto y su buen gusto al presentar un tema que a mí, como a ti, ni fú ni fá.

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